En mi calle es donde mataremos los años,
donde celebraré mis fracasos,
donde haremos canciones con las palmitas de las manos,
no habrá nadie que pueda quitarme las ganas
de volar abrazado a tu espalda,
buscaremos un nido pa poder peinarnos las alas,
¿Que quieres saber tú,
si mi pasado es mas negro
que el fondo de un ataúd?
esto sólo son palabras de sangre y pintura,
como la que tengo entre las uñas
de trepar fachadas por querer bajarte la luna,
yo quiero esta vida y no quiero esas
que se empeñan en coleccionar tristezas,
llevándose cada puñalada a cuestas
y seguir llenando el cajón de miserias,
y, por cada lagrima que sale de mí
se pone dura como el yeso y después se ablanda,
cuando le digo que la quiero con toda el alma,
se pone dura como el yeso y después se ablanda,
cuando le digo que la quiero: tranquila que no pasa nada,
y a cucharadas soperas nos comeremos la noche,
testigo de tantos sueños, matando los girasoles,
trapichera de los baños, de la bruma de los bares,
cómplice de cada beso, del fol*** de los rincones
donde no duerme el silencio asomado a los balcones.












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