Jamás olvidaré tan grande amor,
que un día nos mostró el Salvador.
Jamás olvidaré aquella cruz,
en donde padeció mi buen Jesús.
Amante Salvador, amigo Fiel.
Bendito Redentor, mi Dios y Rey.
Jamás olvidaré tu voz de amor,
cuando a mi corazón le dijo “Ven”.
Inmenso amor de Dios,
que me rescató a mí.
Mi corazón lleno está de gratitud.
Inmenso amor de Dios,
que nos regaló a Jesús.
Mi corazón, todo mi ser, le rendiré.
Inmenso amor.
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