El legendario compositor japonés Shunsuke Kikuchi quien compuso las bandas sonoras de las míticas series de Dragon Ball y Doraemon ha fallecido recientemente tras no superar la enfermedad que venía arrastrando desde hacía tiempo.
Shunsuke Kikuchi fue también el encargado de componer la banda sonora de Dr. Slump y otros grandes clásicos del mundo del anime, el artista japonés nos ha dejado a los 89 años de edad tras una vida dedicada plenamente a la música, quien creó más de 260 obras musicales y al que hoy todavía recordamos con nostalgia.
Shunsuke Kikuchi nació en Osaka durante 1931 y ya desde muy pequeño comenzó a desarrollar su vocación por la música. Su faceta como compositor pronto le daría sus frutos, autor de varios trabajos para el mundo del cine, sobre todo en películas de acción, gangsters y aventuras. Las obras por las que más se le recuerda fueron, entre otras, la popular creación de la banda sonora de la serie Doraemon, Kamen Rider y la de la serie de Dragon Ball.
Otro de sus grandes logros fue llegar a Hollywood de la mano de Quentin Tarantino, quien quiso contar con su colaboración en la película Kill Bill con la canción de Champions of Death.
Su primer proyecto serio comenzó en 1961 con la participación en la película de Hachininme no Teki, aunque más tarde decidió unirse a la compañía Toei Animation y más tarde a Shochik para seguir creciendo como compositor y unirse a más proyectos.
Shunsuke Kikuchi dejó un eterno legado que permanecerá siempre intacto. A lo largo de su extensa y brillante carrera consiguió ser admirado, respetado y gratificado por parte de la industria musical, de hecho, en el año 2015 recibió un último homenaje en los Japan Record Awards por su meritoria carrera artística.
El autor japonés se retiró de la música en el año 2017 debido a un grave problema de salud en los pulmones. La última vez que pudimos ver su nombre en unos créditos fue en Dr. Goku Super, una serie animada en versión parodia que se realizó en México.
Esta es sin duda una gran pérdida para el mundo de la música y del cine, nunca fue tan conocido como ha podido ser Hans Zimmer o Ennio Morricone, sin embargo, es indudable todo lo que el compositor japonés consiguió y hoy, por desgracia, no cabe duda de que se nos ha ido una pequeña parte de nuestra infancia.
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