Noche de incendio

Arden las matas,
ya viene el fuego otra vez.
Humo y cenizas
recorren el bosque otra vez.
La pesadilla
soñada ocho días después.
Casas quemadas,
se abrasa el monte otra vez.

Miedo en sus ojos,
ya viene el coco otra vez.
Se desespera,
pero no puede correr.
Las escopetas
cargadas acechan tras él.
La madriguera
sitiada, no sabe qué hacer.

Y sólo se respira impotencia
desde el valle hasta la sierra.
Los servicios de emergencia
tratan de salvar las tierras.

En esta noche de incendio
se huele el miedo.
Llamas y fuego
iluminan el cielo.
En esta noche de incendio
se huele el miedo.
Llamas y fuego
iluminan el cielo…negro.

Arde el poblado,
viene la poli otra vez.
Calle cortada
para dos malos coger.
Cuatro viviendas
evacuadas con rapidez.
Ni una alimaña,
se han escondido otra vez.

Miedo en los ojos,
pillado con coca otra vez
Desesperado,
él no tuvo culpa esta vez.
Los que reparten
se la jugaron tal vez.
Corre asustado
porque lo van a coger.

Y ya sólo respira impotencia,
le persiguen, se da cuenta.
Debe huir si no quiere
que le dejen bajo tierra.

En esta noche de incendio
se huele el miedo.
Llamas y fuego
iluminan el cielo.
En esta noche de incendio
se huele el miedo.
Llamas y fuego
iluminan el cielo…negro.

No es fácil sentirse seguro
en este mundo de fieras.
Aunque pocos son los leones,
muchas son las hienas.

Olor a carne podrida
en medio de un bosque quemado.
La alimaña quedó escondida
bajo la cueva,
sobre el tejado.

El resplandor de la ciudad
no le deja ver las estrellas
y anula su personalidad.

En esta noche de incendio
se huele el miedo.
Llamas y fuego
iluminan el cielo.
En esta noche de incendio
se huele el miedo.
Llamas y fuego
iluminan el cielo…negro.