Es el día en el que finalmente llegarás a la ciudad,
la promesa de encontrarnos una tarde se me aleja más y más
y aunque vendrás y no quieras que yo te salga a buscar
en la esquina estaré, te veré y luego me largaré.
Veo tu foto que se asoma en el librero y desgastada está
tanto como mi cabeza que no se acostumbra a ésta soledad
y aunque quizás no me sirvan los intentos de llamar,
llamaré y colgaré una vez y otra vez y otra vez.
Y esta es la historia que no sé cómo pensé que podía ser,
y termino con este “no” que me dejaste y yo sin ver
que la distancia, el otro amor, el mal camino, el descontrol
mataron lento y a destiempo tu corazón.
En la mesa una cerveza como siempre destapada está,
la tristeza ya es costumbre y vuelve a molestarme tu mirar
que aunque no está, no me deja ni largarme ni pensar
ni continuar ni dormir ni callar ni reír ni soñar.
Por que es la historia que no sé cómo pensé que podía ser,
y termino con éste “no” que me dejaste y yo sin ver
que la distancia, el otro amor, mi mal camino, el descontrol
mataron lento y a destiempo tu corazón.
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