Raro es cuando duermo,
y hoy que intento
llega ese insecto
de sangre hambriento.
Sobre mi se postra
y mi espíritu rebosa
de miseria
y de histeria.
El zumbido en mi oído no me deja dormir,
todo en mi interior me hace sufrir.
En la oscuridad no encuentro remedio,
a mi ambigüedad, al compás del tedio.
Mi entera paz la roba un insecto,
el caos de mi serenidad.
Con mi respirar se guía de noche al volar,
y hace dueto con mi miedo.
corta mi reposo, de desvelo me hace esposo.
Su veneno me hace obsceno.
El zumbido en mi oído me hace matarlo y paro,
al único socio de mi desamparo.
En la oscuridad no encuentro remedio,
a mi ambigüedad, al compás del tedio.
Mi entera paz la roba un insecto,
el caos de mi serenidad.
Mato a ese insecto y sangra de mi sangre
luego sana, esa duda que yo llevo,
quien sera mi heredero.
Divino paraje, un bicho en mi linaje.
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