Nunca me conoció, nunca me dijo tengo miedo de que ya no vuelvas.
Nunca se declaró culpable de tanta intención tirada en la escalera.
Nunca sus ojos libres, su cuerpo libre, ni sus palabras tirándome al cuello.
Nunca me conoció, tal vez jamás lo hiciera.
Vive derrotado, caminando entre la gente,
Vive lleno de zarpazos esquivando cuando siente.
Alas rotas y cansadas de romperse en algún vuelo,
Lluvia seca que te nace pero nunca llega dentro,
Mirada inofensiva de los que nunca reclaman,
Algo cómodo que sientes pero nunca te desarma,
Tierno como un animal que va buscando una caricia.
Se llevó todo de mí, pero nunca tuvo prisa.
Nunca me conoció, nunca me dijo tengo miedo de que ya no vuelvas.
Nunca se declaró culpable de tanta intención tirada en la escalera.
Nunca sus ojos libres, su cuerpo libre, ni sus palabras tirándome al cuello.
Tal vez me conoció y no pudo soltar las riendas.
Viaje programado que se queda en algún sueño,
Cuentas de una servilleta que siempre arruga su dueño,
Luces rojas que de nuevo condicionaran la marcha.
Te devuelvo tus cristales que quiero seguir descalza.
Yo no tengo preparado mi discurso, no soy nadie,
Sólo quiero hacerte ver lo que nunca me enseñaste.
Y ahora me pides que te agarre fuerte porque te me mueres,
Como hago cada noche con quien a mi lado duerme.
Nunca me conoció, nunca me dijo tengo miedo de que ya no vuelvas.
Nunca se declaró culpable de tanta intención tirada en la escalera.
Y así, mi cuerpo libre, mis ojos libres, dejaron que algún otro se acercara.
Tal vez me conoció por eso ahora me pide con más ganas.
Comentarios
Deja tu comentario: